martes, 7 de abril de 2009

La humildad.




"La humildad es un don tan efímero que, tan sólo al decir que lo posees, se esfuma".


-Micky Bane.


No soy filósofo, no me considero un gran pensador. Estoy lejos de ser un José Carlos Mariátegui; pero sí sé que hay cosas que son obvias, como que Perú no irá a un mundial de aquí a cien o doscientos años más o como que me moriré joven, aunque no en París ni con aguacero.

La humildad es definida por la Real Academia de la Lengua como una "virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento", en otras palabras: "No creerse más de lo que se es".

Tú (uno de los dos lectores que tengo), que me lees, ¿te consideras humilde?... la verdad, pues (¿ah sí?, ¡no te creo!). No me mientas ni te mientas a ti mismo.

Yo no soy humilde, es más, estoy muy lejos de serlo. Es más y más aun: nunca, en lo que me queda de vida seré humilde.

El orgullo, sentimiento sin sentido que sólo sirve para separar a las personas, existe por inherencia al ser humano, así como la perversión; pero la humildad, en cambio, es algo que no viene adherido a nuestra humanidad, es un don muy difícil de encontrar. Y, de eso, estoy absolutamente seguro.

¿Sirve la humildad para algo? ¿La modestia nos hace mejores? Yo aseguro que no, salvo en casos en los que se trabaja para alguien más y hay que permanecer callados, ni la modestia ni la humildad sirven para algo. El afán de superación, de salir adelante está implícitamente asociado al orgullo. Para ser mejor, no es necesario ser humilde, sino, mentiroso.

Callar la boca, no decir algo que no debas; decir "no merezco este reconocimiento" es mentir. Salvo algunas excepciones (digamos, el 0.2% de la población mundial desde que la Tierra es Tierra y la humanidad existe), todos carecemos de humildad, no en 100, sino en 150%. Es más, somos soberbios.

¿Está mal ser soberbio? ¿Sirve de algo creerse mejor que el resto? Sí, aunque es un arma de doble filo, la soberbia (siempre bien acompañada del talento) es lo que nos hace triunfar. Y aunque mantener un perfil bajo ayuda, eso no quiere decir que seamos humildes, simplemente que mentimos y callamos para no decir "soy mejor que tú y siempre lo seré. Lo que me gusta a mí es bueno y lo que te gusta a ti, no".

El que quiere triunfar, entonces que descarte la humildad. Aunque es un don con el que se nace, ni siquiera intenten ser humildes porque no servirá de nada. Ahora, hacerse el humilde... bueno... ahí la cosa es distinta.

Yo no soy humilde, nunca lo seré y si lo parezco, así, igual que ustedes, es porque les hago creer que lo soy, pero nunca, nunca lo seré, y eso se los puedo asegurar con toda la humildad del mundo.


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