Entendido, aquí mi descargo con respecto a una entrada en el blog "El Mal necesario" de mi estimada amiga Juana Olazábal, poetisa y escritora que a veces puede ser tan ácida al punto de llegar a caerme mal. Aunque usualmente no es ácida, salvo cuando habla de mí.
No voy a convertir en esto en una historia; no pondré diálogos ni nada por el estilo. Diré lo que voy a decir de esta manera, como una opinión.
Antes que nada, la foto de la entrada no tiene mucho que ver con el asunto, es apenas una manera de darle la contra a ella y su entrada (y por ahí han dicho que soy muy bueno en eso).
Confieso que soy víctima del proceso químico del enamoramiento pero también sé que tengo los pies bien firmes sobre la tierra, con la seguridad de que hacer algo o no hacer nada no cambiará un ápice la situación actual. De ahí a decir que no veo lo evidente o que no veo mi situación como el resto la ve "desde afuera" es una falacia que hiere mi falsa soberbia, porque admites que soy soberbio. Soy tan soberbio que no lo reconozco.
Entiendo, escucho, pienso y razono. Y sí, sí la conozco y más que tú, definitivamente. Y aunque eso no sea la gran cosa o logre hacerme saber con seguridad cómo es ella, me permite conocer muchas cosas que tú desconoces. Confío en ella. Mucho.
Y aunque no revelaré tus dilemas en ese aspecto aunque tú lo hagas público, aún cuando la persona en cuestión, de alguna manera pueda leer esto (aunque lo dudo pues vive encerrada en su mundo y no le gusta mucho salir de él) debo decirte que, a mi parecer, tú también andas "ciega" de algún modo y lo sabes... Y sabes que lo sé.
De todas maneras agradezco que me escuches y agradezco que te preocupes por escuchar mis recientes vicisitudes así como yo lo hago de alguna manera contigo aunque te importe un rábano lo que te pueda decir (porque sino no estarías haciendo lo que haces).
Enamorado, bajo el influjo químico del "amor", así me encuentro, pero veo tan tranquilamente el horizonte como hace mucho tiempo no lo hacía.
Besos para ti, colega.
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